El Perturbador Legado de Charles Finney (parte 4)

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(Cuarta parte de mi traducción del artículo «The Disturbing Legacy of Charles Finney» por Michael Horton, disponible completo en inglés aquí.)

Distorsionando la Doctrina Cardinal de la Justificación

Charles_g_finney.jpgLos reformadores insistían, sobre la base de textos bíblicos claros, que la justificación (que en griego significa «declarar justo» y no «hacer justo») era un veredicto forense (o sea, legal).  En otras palabras, a pesar de que la iglesia de Roma sostenía que la justificación era el proceso a través del cual una mala persona iba mejorando, los reformadores argumentaban que esta era una declaración o pronunciamiento que se basaba en la justicia de alguien más (o sea, la de Cristo).  La visión reformada de la justificación es, por ende, un veredicto válido una vez y para siempre.

Esta declaración debe ser pronunciada al inicio de la vida cristiana, no en medio y tampoco al final.  Las palabras claves de la doctrina evangélica son «forense» (legal) e «imputación» (el acreditar a nuestra cuenta, en lugar de la idea de la «infusión» de justicia en nuestra alma).  A pesar de que él conocía todo esto, Finney declara: «Pensar que los pecadores pueden ser declarados justos de manera forense es imposible y absurdo…Como veremos, hay muchas condiciones, aunque una sola base, para la justificación de los pecadores…Como ha sido dicho antes, no puede haber justificación en un sentido legal o forense, sino sobre la base de una obediencia universal, perfecta y continua de la ley.   Esto es, por supuesto, negado por aquellos que sostienen una justificación evangélica, o la justificación de pecadores penitentes, que es de naturaleza forense o judicial. Ellos sostienen la máxima de que lo que un hombre hace por otro, lo hace él mismo, y entonces consideran la obediencia de Cristo como nuestra, sobre la base de que Él obedeció por nosotros.»

A esto, Finney responde: «La doctrina de la justicia imputada, o de que la obediencia a la ley de Cristo nos fue acreditada como propia, está fundada en los más falsos supuestos carentes de todo sentido.»  Después de todo, la justicia de Cristo «no puede hacer más que justificarle a Él mismo.  No puede jamás ser imputada a nosotros…es naturalmente imposible para Él obedecer en nuestro lugar.» Esta «representación de la propiciación como la base para la justificación del pecador ha sido una triste piedra de tropiezo para muchos.»

La visión de que la fe es la única condición para la justificación es para Finney, la visión del antinomianismo«Veremos que la perseverancia en la obediencia hasta el final de la vida es también una condición de la justificación.  Algunos teólogos han hecho de la justificación una condición de la santificación, en lugar de hacer la santificación una condición de la justificación.  Pero veremos que esta es una manera equivocada de ver el tema.»

(Continuará….)

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